FUTVOLEA (FOOTVOLLEY) EN LA PLAYA DE COPACABANA E IDENTIDAD CULTURAL

Resumen

Entre las prácticas deportivas al aire libre,  sobre todo en las arenas de la playa, se encuentra el futvolea (footvolley), deporte creado en el Río de Janeiro en la década de 60,  de 1964 hasta 1965 por un grupo de jóvenes contestatarios, bajo el liderazgo de un ex jugador  de fútbol del club Botafogo Futebol e Regatas - Otávio como era llamado. Eses actores innovaron  delante de una crisis amenazadora, se apropiando de modelos deportivos ya existentes  (fútbol y balonvolea). Inventaron de nuevo el cotidiano, utilizando el que Michel de Certeau (1999) llamó de táctica, un movimiento que es animado por un hacer de la práctica, creando una manera propia de hacer,  alterando todo lo que estaba prescrito. Una acción  calculada, como condición necesaria a la autonomía. El Futvolley se presenta como actividad de ocio y sus practicantes, en la medida que se desarrolla en el tiempo libre de las gentes, o sea, desvinculado del trabajo e de los estudios. Su identidad playera y masculina, se hace fuerte en una zona libre, la playa, un espacio que Archetti (2003) cree adecuado al aparecimiento  de híbridos, para la sexualidad y para la exaltación de desempeños corporales. En ese caso, un híbrido intencional, visto como positivo, representando creatividad, vitalidad y fuerza. La playa de Copacabana, origen  del deporte, se presenta en el universo de los practicantes como se fuera un territorio, cuya causa y cuyo efecto, como dice Maffesoli (2004), es la comunicación-comunión. La playa  es el vínculo entre ellos, ella se constituye en un sitio de conmemoración deportiva, un sitio emblemático  donde se celebran misterios, donde los practicantes se encuentran, se reúnen, se reconocen y, compartiendo  afectos y emociones comunes, se reconocen, reconocen sus límites, sus potencialidades. Se trata de un  altar de la actualidad, un espacio de sociabilidad consolidado por un amalgama cultural que alberga la tribu del futvolley.